CLARIN(www.clarin.com.ar):Aceptar la diferencia Más de una vez la TV argentina se ha animado a correr los límites de la ficción en el terreno de las "otras" historias de amor. Y lo ha hecho con recursos —y suertes— varios. Lo hizo desde la parodia en Los Benvenuto, desde la provocación en Son o se hacen, desde la caricatura de Huguito Araña en Matrimonios y algo más... La homosexualidad se ganó un espacio en la pantalla, pero, salvo mínimas excepciones —como en Verdad consecuencia—, siempre remarcando la diferencia. La diferencia existe, pero ese punto no la convierte en ajena. Y de eso da cuenta el guión de El tiempo no para (a las 22, por Canal 9), la tira generacional que de otras historias de amor hace historias de amor.Con la estética del cuidado como herramienta y sin prejuicio en la actitud, el programa pinta con naturalidad los retratos de las parejas gays —de hombres o de mujeres—, sin desconocer, por otra parte, los beneficios de ese tratamiento. Lo cierto es que el impacto, ese objetivo tan buscado en los atajos de la TV, esta vez no asoma desde el sensacionalismo. Aquí aparece, en tal caso, desde el no juzgamiento.Producido por Underground —la empresa de Sebastián Ortega—, el ciclo hurga en las entrañas de un grupo de amigos que se reencuentra a partir del suicidio de uno de ellos. En medio de ese fresco de conductas y elecciones, la cámara muestra, entre otras intimidades, la de Pablo (Walter Quiroz) y la de Matías (Federico Amador). En los buenos viejos tiempos del colegio secundario, ellos fueron pareja y ahora la vida los tiene como dos ex que cada tanto le echan mano al pasado. Por su lado, Matías trabajó de taxi boy, su novio también lo hace y él sigue apostando a recuperar a Pablo.Y Pablo, personaje central de la tira, encarna una de las historias más jugadas. Si bien ahora está distanciado de Lucas (Ludovico di Santo), ellos protagonizan las escenas más encendidas, no por escandalosas sino por apasionadas. Lejos de los detalles a la hora del sexo, la cámara los ubica entre la sensualidad y el romanticismo, mostrando quizás más de lo que la TV acostumbra, pero sin enfocar bajo las sábanas.Igual tratamiento reciben los vínculos ocasionales que entabla Florencia (Lucrecia Blanco), cuya composición le esquiva a la lesbiana masculina de los lugares comunes. Ella se mueve, entre otros condimentos de su criatura, empujada por la seducción.Ellos, como los otros, no se definen en la tira por lo que hacen ni con quién. Son lo que sienten.
INFOBAE(www.infobae.com):Un país de revista estrenó en el nuevo teatro MetroCon un elenco multiestelar encabezado por Catherine Fulop, Laura Fidalgo, Gladys Florimonti, José Luís Gioia, Mario el "bicho" Gómez, la estrella invitada: Nacha Guevara y un cuerpo de quince bailarines en escena, estrenó Un país de revista, la obra producida por el periodista y empresario teatral Jorge Guinzburg.
Las funciones de Un país de revista se pueden disfrutar de jueves a domingos, a las 21.30, y el lugar elegido para sus representaciones es el nuevo Teatro Metro (ex Cine Metro), sala que ha sido especialmente reacondicionada. Su inauguración fue realizada días pasados por Jorge, Nacha y Catherine junto a Jorge Telerman, Jefe de Gobierno porteño.Algunas de las estrellas que asistieron a este evento fueron Walter Quiroz, Ludovico Di Santo, Federico Amador, Maru Botana, Cristian Sancho, Sebastián Correa, Anabel Cherubito, Julia Zenko, Jorge Ibáñez, Fabio Cuggini, Andrea Frigerio, Ricky Sarkany, Mónica Antonopulos, Mónica Gonzaga, Maximiliano Guerra, Cecilia Milone, Matías Santoiani, Laura Franco (Panam), Malena Mendizábal, Ximena Capristo, Natalia Fassi, Virginia Da Cunha y Osvaldo Sabatini. Un país de revista es una superproducción espectacular que incluye diez variantes escenográficas, efectos especiales, luces robotizadas y doce cambios de vestuario, todo conjugado para ofrecer un show de nivel internacional.